viernes, 17 de noviembre de 2017

I

En aquella sórdida repetición del día
habitaba escondida la inútil empresa:
desdeñar con aparente frialdad la belleza,
pensando quizá en la única fantasía

falsamente enterrada.
Mas es consciente la misma conciencia
lo imposible de la dantesca licencia
hedónica, imaginaria, errada.

Pues ferviente el cause iridiscente
nace en mí como en ti la mirada dispiscente
buscando secar la corriente del manso río.

Bien sé que la completa libertad me espera
en el olvido (que no quiero) que lacera,
cuando al Recuerdo deje de llamarle mío.